Dr. Pablo Borrás
Escribir un resumen biográfico de una personalidad tan rica y polifacética como la que exhibió en sus días el Dr. Pablo Borras, es una tarea que excede mis posibilidades. Por ello, me limito a esta semblanza, máxime que utilizando exclusivamente los recuerdos del contacto personal, sólo puedo rozar la superficie de una vida lanzada en múltiples direcciones, aunque todas ellas animadas por el denominador común de buscar la excelencia.
Pues el Borrás que rememoro, cabeza de una distinguida familia rosarina, fue un médico cabal, con amplio dominio de su oficio y una brillante técnica quirúrgica, plasmada en un excelente libro de cirugía ginecológica, que sentó las bases de una escuela rosarina que aún perdura. Muchos procedimientos operatorios (como el de la técnica del lazo para las miomectomías, que seguimos empleando) fueron ideados o difundidos por él.
La investigación clínica también estimuló su espíritu inquieto y una de sus publicaciones fue premiada por la Sociedad de Ginecología de París, todo un logro en aquella época.
De aspecto adusto, solemne, su rostro serio escondía a un ser amable, metódico, culto, generoso y exquisitamente refinado. Ávido de lecturas, a pesar de ser un hombre de acción, canalizó su sensibilidad en la literatura, escribiendo sobre el Quijote, el Arte y otras obras de diferentes géneros, que también recibieron reconocimiento y premiación en su momento.
En una época de paternalismo médico, su alto sentido de la responsabilidad, sumado al compromiso y buena relación personal con sus pacientes, le produjo una nutrida clientela, adicta a sus consejos y pendiente de sus gestos o indicaciones frente al temor o la existencia de la enfermedad. A no dudarlo, muchas patologías de la esfera emocional se curaron con su sola presencia.
También demostró capacidad organizativa. Fue Profesor de la Cátedra de Ginecología de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario, dejando allí profunda impronta; Jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Español en sus días de gloria, y Presidente del Círculo Médico de Rosario en uno de sus períodos más conflictivos, por la acelerada inflación, la inestabilidad social y la inquietud económica. No obstante las circunstancias y con grandes sacrificios e inquietudes societarias, pudo concretar la obra edilicia más importante de nuestra casa, que transformó el viejo salón-biblioteca, de maderas crujientes, en los amplios auditorios que hoy presenta, sus cuatro pisos y su moderna biblioteca informatizada. Desde luego, la sala más importante exhibe con orgullo su nombre.
Lamentablemente el fuego de Borrás se agotó con su vida. Su hijo médico falleció tempranamente en un accidente automovilístico cuando él ya no estaba; y su hija ha organizado su vida en otra ciudad del país.
Sólo quedó por buen tiempo entre nosotros su esposa, Estela Rouillón de Borrás, quien supo prolongar con su calidez, don de gentes y obras de caridad, el hálito beneficioso que brotó de esta familia. Hoy sólo perduran en los vastos salones, los recuerdos y afectos de los descendientes de sus muchos amigos. Considérense estas líneas sucintas un testimonio que busca consolidar la evocación que realizamos, al cumplirse los 100 años de la creación de este espacio, al que él tanto contribuyó.
por Prof. Dr. Roberto I. Tozzini