por Ariel Sánchez

Es el aumento marcado de la calcemia (superior a 13-14 mg/dl) con deshidratación concomitante.

Ocasionalmente, un paciente portador de un hiperparatiroidismo primario (o de un seudohiperparatiroidismo) –ya conocido o no–, se presenta con una crisis hipercalcémica. Es más frecuente en personas mayores, sobre todo si están inmovilizadas por alguna afección intercurrente.

Fisiopatología

Ya se ha mencionado, en el capítulo sobre hiperparatiroidismo, la dificultad que tiene el riñón para concentrar la orina en presencia de hipercalcemia, con la consiguiente poliuria que puede llevar a una deshidratación marcada, y a disminución de la tasa de filtración glomerular. Ello ocurre con más razón en sujetos obnubilados o en coma, que no pueden reponer líquidos por boca, y en los que el reemplazo parenteral de fluidos está ausente o es insuficiente.

Síntomas y signos

Los signos clínicos son los de un sensorio deprimido, con distintos grados de coma; los reflejos osteotendinosos están deprimidos o ausentes, pero no hay signos neurológicos focales. Además, resulta evidente la deshidratación. Puede haber dolores abdominales severos, náuseas y vómitos. La calcemia suele hallarse muy elevada (>15 mg/dl).

Metodología de estudio

Deberá solicitarse sistemáticamente una calcemia en todo enfermo que guarda cama por períodos prolongados, sobre todo si presenta obnubilación; en todo paciente en coma de origen desconocido; y en todo enfermo portador de una neoplasia maligna.

En lo que se refiere a la averiguación de la causa del síndrome, corresponde referirse a los lineamientos esbozados en el capítulo sobre hiperparatiroidismo. Cuando la causa de la crisis hipercalcémica es un hiperparatiroidismo primario, los niveles de PTH sérica son altísimos (llegan a 20 veces el tope del rango normal).