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Paciente de 64 años es acompañado por sus familiares a Sala de guardia con cuadro clínico de 14 horas de evolución caracterizado por dolor intenso suprapúbico con deseos imperiosos de orinar pero sin poder hacerlo.

Al realizar el interrogatorio y examen físico surge lo siguiente: con sólo observar al paciente se evidencia inquietud y desesperación. Su piel está diaforética, el examen abdominal revela ruidos hidroaéreos presentes aumentados, una vejiga grande manifiesta por una masa firme adyacente a la sínfisis pubiana que llega casi a la región umbilical y que a la percusión radiada produce matidez. La palpación vesical produce dolor y aumenta su deseo de orinar. Estamos en presencia de un "globo vesical".

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 Crecimiento vesical Globo vesical visible  Auscultación abdominal 
     
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Percusión radiada abdominal

Mientras el personal de enfermería realiza el control de signos vitales el médico recaba datos de manera objetiva debido a los los dolores e incomodidad del paciente. Refiere padecer hipertensión arterial medicado desde hace 8 años con 5 mg de enalapril por día. Niega enfermedades respiratorias, neurológicas, digestivas, arritmias cardíacas, alergias medicamentosas, ingesta de alcohol y tabaco. Al indagar acerca de enfermedades urinarias comenta evidenciar desde hace aproximadamente un año sentir demora al inicio de la micción, el chorro perdió fuerza y distancia con aumento del número de micciones por día, a veces con necesidad abrupta de tener que orinar, y sensación de pesadez en periné. Nunca realizó consultas o exámenes urológicos. Niega episodios de infecciones urinarias, cólicos renales o cuadro similar al que padece.

Control de signos vitales: Tensión arterial: 140/85, Frecuencia cardíaca 104 regular, Frecuencia respiratoria: 18, Temperatura: 36,6°C, P Sat O2: 98

Ante este claro cuadro clínico y descartando la posibilidad de que existan contraindicacio-nes para realizar el cateterismo vesical evacuador como son lesiones uretrales, trauma-tismos vesicales o pelvianos y presencia de material purulento en el meato uretral, se procede a realizar. Se informa al paciente que se le colocará una sonda vesical para aliviar sus síntomas, es una maniobra molesta pero no dolorosa y necesitaremos su colabora-ción. En diferentes servios el paciente firma la carta de consentimiento bajo información por ser una maniobra invasiva no excenta de complicaciones. El paciente se colocará en decúbito dorsal. Se preparan los elementos: Sonda vesical tipo Foley de látex de 2 vías calibre 16-18 French, (cada unidad French equivale a 0,3 mm), 1 jeringa de 5 ml para colocar lidocaína viscosa, otra de 10 ml para colocar el agua destilada de una ampolla de 10 ml, bolsa colectora de orina, gasa estéril, povidona yodada y un par de guantes estériles.

Se desinfecta el meato urinario con povidona yodada. Mientras esta actúa se carga la jeringa de 5 ml con lidocaína viscosa y la de 10 ml con la ampolla de agua destilada. La técnica de colocación requiere hacerla con guantes estériles. Primero se lubrica la uretra a través del meato urinario con la misma jeringa de lidocaína viscosa. Luego se coloca la sonda por dicho meato mientras se tracciona el pene hacia arriba con la gasa estéril con movimientos suaves y contínuos pero firmes. Tras franquear la porción de la uretra bulbar y luego la prostática que en este paciente ofrece mayor resistencia, comienza a salir orina por el extremo distal de la sonda, sitio donde se conectó la bolsa colectora de orina. Se infla el balón de la sonda con unos 10 ml de agua destilada. Nunca utilizar solución fisiológica para evitar la cristalización de las sales. Se verifica la colocación de la misma y al drenar unos 300 ml de orina se deberá clampear la salida de orina para evitar una brusca descompresión que podría causar una " hemorragia ex vacuo", para luego de unos 15 a 20 min seguir sacando el resto. Se deberá medir el volumen obtenido de orina. El alivio del paciente es casi inmediato con la salida de los primeros 300 ml. De esta manera no sólo aclaramos el cuadro clínico, sino que también iniciamos simultáneamente el tratamiento. Si durante el intento de colocación de la sonda se opone resistencia considerable no se deberá insistir dada la posibilidad de causar una falsa vía. Se avisará al médico urólogo para que intente con sondas especiales.De no poder concretarlo se realizará una inserción suprapúbica con catéter de grueso calibre proporcionándose así un drenaje y alivio adecuado en los casos urgentes. Si el paciente tiene síntomas sistémicos (fiebre, escalofríos) o requiere procedimientos diagnósticos o terapeúticos adicionales se lo hospitalizará.

El diagnóstico diferencial es obligatorio hacerlo en aquellos pacientes que no pueden orinar o no presentan vejiga palpable teniendo en cuenta los posibles cuadros clínicos: enfermedad renal intrínseca, enfermedad pre-renal oculta, obstrucción vesical oculta del orificio de salida y uropatía obstructiva supravesical. Seguidamente se pueden realizar diversos exámenes como tacto rectal, biometría hemática, examen general de orina, sedimento urinario y urocultivo para evaluar la presencia de infección. Determinación de nitrógeno ureico en sangre, creatinina, sodio y potasio para detectar insuficiencia renal. Ultrasonografía vesical en aquellos casos en que exista dudas diagnósticas.

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Sonda Foley  Sondas Foley de distintos calibres Sonda con balón inflado

 

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Agua destilada para balón  Lidocaína viscosa

 

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  Cateterismo vesical con guantes estériles  Agua destilada para inflar balón

 

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 Colocación de bolsa colectora   Bolsas de recolección

 

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 Paciente con alivio sintomático  Evacuación de la bolsa colectora